Ofende al intelecto y la capacidad de discernir las actuales campañas tanto para aprobar y rechazar el actual proyecto de Nueva Constitución Política del Estado. Por eso digo NO al NO y NO al SI.
Se colocan argumentos con posiciones absolutistas burlándose unos de otros, tratando de denigrar hasta lo sumo a quienes opinan diferente. Los niveles de intolerancia se ven en la Plaza Murillo, en los cafecitos de Santa Cruz, en las zonas rurales de Cochabamba, Beni, Potosí, etc. donde se tiene que estar apoyando sí o sí a lo que diga la mayoría de la zona, ya que caso contrario se puede sufrir agresión física o psicológica, burlas, discriminación, etc.
Unos utilizan a Dios para justificar el NO, olvidándose que cada cual tiene el libre derecho de creer o no en algún tipo de deidad. Otros abusan de su poder transitorio diciendo que no se moverán nunca del lugar de poder que hoy ostentan. Otros distribuyen cuadernillos a favor del NO colocando al final de dicho panfleto las características que debiera tener la CPE de tal manera que incorpore los Diez Mandamientos de la Biblia, sin embargo lo que allí colocan son los Diez Mandamientos del Catecismo Católico que es muy diferente a lo que la Biblia dice en el libro de Éxodo 20:3-17. Pareciera que lo que en realidad quisieran es introducir en la población son dogmas católicos que históricamente se han caracterizado por su intolerancia con quienes discrepan con sus posiciones doctrinales.
Aquellos que dicen que votemos por el SI hoy se muestran autonomistas, defensores de la libertad, salvadores de la patria, constructores de una sociedad justa no son capaces de de mostrar donde claramente eso se observa en la CPE que será sometida a Referéndum el próximo 25 de enero.
No apoyo el cómo están llevando la campaña por el NO, tampoco apoyo la forma en cómo están llevando la campaña por el SI. Cuestiono que ambas posiciones nos quieran ver como imbéciles e ignorantes. En tal sentido, lamento la existencia de una prensa que no está a la altura de lo que requiere Bolivia, careciendo de objetividad y ecuanimidad, valiosos tesoros que hoy adolecen la mayoría de los medios de comunicación tanto privados como del Estado.
Se colocan argumentos con posiciones absolutistas burlándose unos de otros, tratando de denigrar hasta lo sumo a quienes opinan diferente. Los niveles de intolerancia se ven en la Plaza Murillo, en los cafecitos de Santa Cruz, en las zonas rurales de Cochabamba, Beni, Potosí, etc. donde se tiene que estar apoyando sí o sí a lo que diga la mayoría de la zona, ya que caso contrario se puede sufrir agresión física o psicológica, burlas, discriminación, etc.
Unos utilizan a Dios para justificar el NO, olvidándose que cada cual tiene el libre derecho de creer o no en algún tipo de deidad. Otros abusan de su poder transitorio diciendo que no se moverán nunca del lugar de poder que hoy ostentan. Otros distribuyen cuadernillos a favor del NO colocando al final de dicho panfleto las características que debiera tener la CPE de tal manera que incorpore los Diez Mandamientos de la Biblia, sin embargo lo que allí colocan son los Diez Mandamientos del Catecismo Católico que es muy diferente a lo que la Biblia dice en el libro de Éxodo 20:3-17. Pareciera que lo que en realidad quisieran es introducir en la población son dogmas católicos que históricamente se han caracterizado por su intolerancia con quienes discrepan con sus posiciones doctrinales.
Aquellos que dicen que votemos por el SI hoy se muestran autonomistas, defensores de la libertad, salvadores de la patria, constructores de una sociedad justa no son capaces de de mostrar donde claramente eso se observa en la CPE que será sometida a Referéndum el próximo 25 de enero.
No apoyo el cómo están llevando la campaña por el NO, tampoco apoyo la forma en cómo están llevando la campaña por el SI. Cuestiono que ambas posiciones nos quieran ver como imbéciles e ignorantes. En tal sentido, lamento la existencia de una prensa que no está a la altura de lo que requiere Bolivia, careciendo de objetividad y ecuanimidad, valiosos tesoros que hoy adolecen la mayoría de los medios de comunicación tanto privados como del Estado.