La brusca subida de los combustibles significa una brutal metida de pata del actual gobierno donde manifiesta su incapacidad para incrementar sus niveles de producción de hidrocarburos debido a la escasa inversión en exploración y perforación, además de la incapacidad manifiesta para controlar el contrabando que se observa en la gasolina y diesel.
Evo Morales, que no entiende de economía se inventa un viaje a Venezuela dejando la explicación de dicho gasolinazo al vicepresidente Linera, donde este último menciona que: “Hemos intentado proteger del contrabando, hemos movilizado a las Fuerzas Armadas, todo hemos hecho, pero es imposible”. Está diciendo con esto que es incapaz de cumplir con un deber constitucional. ¿Entonces para qué están en el poder?
El precio de su incapacidad la debemos pagar todos los bolivianos por el efecto que tendrán dichos incrementos en todos los bienes y servicios que consume la población boliviana.
Los esfuerzos que cada boliviano fue haciéndose para ser menos pobre que tendrán un retroceso, los niveles de ahorro disminuirán, los precios subirán, el descontento se generalizará, los sueldos serán cada vez más insuficientes, se erosionarán los aportes de quienes ahorran para su jubilación, la desazón y frustración se harán más evidente, las expectativas de días mejores para el 2011 tendrán su agrio sabor.
Se obliga a que los servicios básicos no suban. Es obvio que hacen esto porque dichos servicios no salen de sus arcas. ¿Por qué no hacen lo mismo con el precio de los alimentos?
Una de las partes triste de esta situación es que la actual forma de cálculo de la inflación permitirá mostrar al gobierno que su medida no generó los efectos inflacionarios que analistas y economistas pudimos haber dicho que sucederían, sin embargo, el bolsillo de las familias de niveles económicos medios y bajos sentirán duramente la medida.
Por otro lado, esta medida permitirá al gobierno contar con mayores recursos económicos vía impuestos, además de contraer de alguna medida la demanda de dichos hidrocarburos para aliviar la presión que tienen para incrementar los niveles de producción de los mismos.
Lo interesante de todo esto es que este tipo de medida económica es típica de un gobierno neoliberal, donde no quiere, no puede, ni debe subvencionar los bienes que consume la población. Esto desmitifica algo que siempre he sostenido y es que el actual gobierno nunca ha sido, ni es, ni será socialista desde el punto de vista económico, sino que es tan liberal como lo fue Sanchez de Lozada o Banzer Suárez, solo con un fuerte aditamento del pensamiento keynesiano, sino pregúntenle a Paul Krugman (Premio Nobel de Economía) qué opina al respecto.
El precio de la incapacidad la pagamos todos.
Articulo publicado el 31/12/2010 en Diario El Deber de la ciudad de Santa Cruz - Bolivia
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http://www.eldeber.com.bo/2010/2010-12-31/vernotacolumnistas.php?id=101230235928