Luego del fallido golpe de estado en el 2002 en la República Bolivariana de Venezuela, las libertades humanas y económicas han sido menguadas por el actual régimen chavista, lo señala el último informe sobre derechos humanos en dicho país publicado recientemente por la Human Rights Watch.
Aquella persona que piensa distinto es tachada inmediatamente de golpista y discriminada políticamente, donde quedan sus garantías civiles cercenadas y por lo tanto no puede desarrollar sus derechos económicos.
El despido de instituciones estatales de opositores políticos daña la libertad individual de tener un empleo digno sin ninguna discriminación. Se elaboraron listas negras con las personas que firmaron libros para exigir referéndum, ya que dichos libros fueron entregados al presidente de PDVSA el cual despidió a más de 19.500 trabajadores cuyos nombres aparecían en esas listas.
La Corte Nacional Electoral de Bolivia prácticamente depende de los caprichos de Evo Morales. Habría que preguntarse qué tratamiento le han dado a los libros que miles y miles de ciudadanos de Santa Cruz y otros departamentos firmaron y que ahora están en la ciudad de La Paz. ¿Tendrá el gobierno de Morales sus propias listas negras?
Otro elemento es que muchas de las ayudas estatales a las familias solo se concretizan cuando dichas familias manifiestan que apoyan al régimen de Chávez, esto humilla y degrada al ser humano ya que por tener un techo, alimento o algún empleo estatal tenga que matar su conciencia.
Las libertades económicas individuales deben ser protegidas por tribunales de menor jerarquía al Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, dicho tribunal está copado por partidarios de Chávez y han nombrado cientos de jueces de menor jerarquía que no protegen los derechos económicos fundamentales de los venezolanos.
Se ha atentado contra el derecho a ejercer una actividad económica lucrativa cerrando y amenazando a medios de comunicación, lo cual ha obligado a distintos medios a moderar notablemente el contenido de sus críticas y hacer parecer que en Venezuela todo es “una tasa de leche”.
La libertad económica se sustenta en el famoso laissez faire, laissez passer que (dejar hacer, dejar pasar). Ello no está sucediendo en Venezuela.
Los mercados son más eficientes cuando los agentes económicos disponen de información fidedigna y oportuna para tomar sus decisiones individuales que maximicen sus respectivas utilidades. Al negar información económica a los medios de comunicación el gobierno entorpece la capacidad de decisión de los individuos por lo que muchas personas y empresas toman decisiones equivocadas en el ámbito económico.
El derecho a la asociación colectiva sin reconocimiento oficial del gobierno está prohibido por lo que los trabajadores de base se ven forzados a aceptar condiciones laborales aunque las mismas vayan en contra de sus conciencias, donde también se les prohíbe el derecho a la huelga aunque la misma sea legítima.
Esta misma realidad se está trasladando a Bolivia y los pasos que está dando el gobierno de Juan Evo Morales Ayma apuntan en la misma dirección.
Aquella persona que piensa distinto es tachada inmediatamente de golpista y discriminada políticamente, donde quedan sus garantías civiles cercenadas y por lo tanto no puede desarrollar sus derechos económicos.
El despido de instituciones estatales de opositores políticos daña la libertad individual de tener un empleo digno sin ninguna discriminación. Se elaboraron listas negras con las personas que firmaron libros para exigir referéndum, ya que dichos libros fueron entregados al presidente de PDVSA el cual despidió a más de 19.500 trabajadores cuyos nombres aparecían en esas listas.
La Corte Nacional Electoral de Bolivia prácticamente depende de los caprichos de Evo Morales. Habría que preguntarse qué tratamiento le han dado a los libros que miles y miles de ciudadanos de Santa Cruz y otros departamentos firmaron y que ahora están en la ciudad de La Paz. ¿Tendrá el gobierno de Morales sus propias listas negras?
Otro elemento es que muchas de las ayudas estatales a las familias solo se concretizan cuando dichas familias manifiestan que apoyan al régimen de Chávez, esto humilla y degrada al ser humano ya que por tener un techo, alimento o algún empleo estatal tenga que matar su conciencia.
Las libertades económicas individuales deben ser protegidas por tribunales de menor jerarquía al Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, dicho tribunal está copado por partidarios de Chávez y han nombrado cientos de jueces de menor jerarquía que no protegen los derechos económicos fundamentales de los venezolanos.
Se ha atentado contra el derecho a ejercer una actividad económica lucrativa cerrando y amenazando a medios de comunicación, lo cual ha obligado a distintos medios a moderar notablemente el contenido de sus críticas y hacer parecer que en Venezuela todo es “una tasa de leche”.
La libertad económica se sustenta en el famoso laissez faire, laissez passer que (dejar hacer, dejar pasar). Ello no está sucediendo en Venezuela.
Los mercados son más eficientes cuando los agentes económicos disponen de información fidedigna y oportuna para tomar sus decisiones individuales que maximicen sus respectivas utilidades. Al negar información económica a los medios de comunicación el gobierno entorpece la capacidad de decisión de los individuos por lo que muchas personas y empresas toman decisiones equivocadas en el ámbito económico.
El derecho a la asociación colectiva sin reconocimiento oficial del gobierno está prohibido por lo que los trabajadores de base se ven forzados a aceptar condiciones laborales aunque las mismas vayan en contra de sus conciencias, donde también se les prohíbe el derecho a la huelga aunque la misma sea legítima.
Esta misma realidad se está trasladando a Bolivia y los pasos que está dando el gobierno de Juan Evo Morales Ayma apuntan en la misma dirección.
Un buen amigo me dijo hace muchos años atrás: “nunca renunciés a tus derechos civiles, nunca”.
No renunciemos a nuestros derechos civiles, porque renunciaremos a nuestros derechos y libertades económicas que se han forjado desde el nacimiento de nuestro país Bolivia.
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